Al doblar la esquina también se dobló el horizonte

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Presentamos los detalles de la exposición “Al doblar la esquina también se dobló el horizonte” por parte del artista David Garza González, compuesta por más de 20 obras. El artista trabaja con lenguajes plásticos como el dibujo, la escultura, el ensamblaje y la instalación irrumpiendo los paradigmas que durante siglos han definido a lo pictórico. Exhibida en el Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro. Te invitamos a visitar la exposición.

Lejos de concebir su trayectoria artística lineal y unilateral, la obra de David Garza (Monterrey, 1973) es una red de convergencias. A partir de los fundamentos de la pintura ha trabajado otros lenguajes plásticos como el dibujo, la escultura, el ensamblaje y la instalación. Las últimas dos décadas ha estado en una constante experimentación pictórica que, aparentemente, recae en la intervención del espacio, la inclusión de nuevos materiales y la ruptura de formas y volúmenes, pero en el trasfondo, se trata no solo de una cuestión formal, sino de una conversación con el devenir de la pintura misma.

Así como varios artistas se han cuestionado la esencia, e incluso la vigencia de la pintura frente a otros lenguajes más “alternativos”, el artista regiomontano nos confirma que la pintura por sí sola ofrecerá siempre múltiples posibilidades, pero también plantea la posibilidad de traspasar sus límites:el soporte, el formato y la bidimensionalidad. Utiliza láminas de acrílico en vez del soporte en lienzo o tabla; para irrumpir el tradicional formato cuadrangular, diseña por computadora composiciones irregulares sobre láminas acrílicas, y finalmente, transgrede las dos dimensiones (alto y ancho) al ensamblar estos cortes de formas irregulares y orgánicas en planos superpuestos, creando volúmenes hasta generar una suerte de pintura-ensamblaje, pintura-escultórica, o pintura-expandida.

Las catorce obras de esta muestra -unas transdisciplinares y otras que conservan su condición única de pintura-pertenecen a un par de series que David comenzó trabajar casi paralelamente desde el 2018 y comparten la deconstrucción del paisaje. En un intento por recordar los paisajes y espacios ambientales, llegó a ciertas reflexiones filosóficas que marcan su obra: así como el tiempo desvanece la memoria, el arte desvanece la representación exacta en una abstracción.  Ante esta fragilidad de la memoria, concluyó que efectivamente, lo único constante es el cambio y que, así como la pintura puede conservar su esencia, también es susceptible al cambio.

Carla García Andrade
Curaduría MACQ