¡Hola a Tod@s!
Presentamos los detalles de la exposición “El imperativo de la mirada [Paisajes evocados]” por parte del artista Jordi Boldó, compuesta por más de 40 obras. El artista ofrece paisajes que son resultado de una práctica pictórica basada en tres criterios: la mirada intuitiva, la contemplación del entorno y el acto de recordar, todo con la intención de descubrir otras posibilidades expresivas en el nada original tema del paisaje. Exhibida en el Museo de Arte de Querétaro. Te invitamos a visitar la exposición.
La palabra “paisaje” abarca un extenso conjunto de ideas y conceptos, como naturaleza, horizonte, panorama, territorio, vista o humanidad. El paisaje es un término cargado de valores culturales, dado su origen en el arte, en el imaginario colectivo y en la relación estética del ser humano con la naturaleza. Por otra parte, la palabra “evocar’, se asocia con conceptos como memoria, olvido, presencia, ausencia, tiempo y distancia.
Estos paisajes evocados son el resultado de una práctica pictórica que se basa en tres criterios: la mirada intuitiva, la contemplación del entorno y el acto de recordar. Todo con la intención de descubrir otras posibilidades expresivas en el nada original tema del paisaje. El resultado final es un amplio conjunto de espacios imaginarios (dibujos, grabados y pinturas) que descansan en el vacío, que no se refieren a nada en concreto y que solo piden ser mirados sin necesidad de explicación alguna. Este es, sin más, el objetivo central de la serie: llamar la atención sobre la urgente necesidad de recuperar la mirada ingenua que se ha perdido debido a la obsesión de tener que explicar la pintura. No obstante, esto no implica prescindir de la critica y el análisis en el quehacer artístico. Siempre he creído que la mejor estrategia creativa es aquella que se revisa, cuestiona y modifica permanentemente. Sé que lo importante en cualquier trabajo artístico no es la repetición de métodos y recetas, sino aportar nuevas soluciones.
Durante la producción de esta serie, siempre tuve en mente la exigencia de recuperar la inocencia y naturalidad original que, como es lógico, se va desvaneciendo conforme se adquieren conocimientos y experiencia. Mi intención desde un principio fue volver sobre mis pasos y rescatar olvidados impulsos creativos, más naturales y libres, y de esta manera, aligerar la carga conceptual que ocasionan las modas artisticas y los prejuicios intelectuales.
Finalmente, esta serie representa un renovado intento por seguir profundizando en la práctica y el conocimiento del abstraccionismo, tendencia a la que siempre se le ha discutido no solo su vigencia y potencial, sino también la importancia y el protagonismo que merece. Esto se debe, entre otras razones, a la incomprensión que se tiene del arte abstracto y a la dificultad de interpretar sus símbolos y gestos. Es evidente que resulta más sencillo comunicar ideas y emociones a través de la narrativa figurativa que por medio de la abstracción. Por eso, en estas pinturas incluyo, no exentas de ironía, ciertas formas e insinuaciones más “accesibles”, o puentes a la figuración, además de algunas alegorías y referencias simbólicas, pero sin sacrificar mi libertad expresiva, o, como diría Cy Twombly, sin tener que “renunciar al placer de lo que sucede”.
Jordi Boldó